En el contexto actual, los centros de ocio y deporte se han convertido en un espacio clave para el desarrollo de menores y adolescentes. Por ello, la figura del delegado de protección es esencial para garantizar su seguridad y bienestar. En este post explicaremos sus funciones y la importancia de su rol dentro de este tipo de instalaciones.
¡Vamos a ello!
La figura del delegado de protección en el ámbito deportivo y recreativo
Este profesional, cuya principal función es proteger a los menores de cualquier tipo de violencia o abuso, está a cargo de implementar protocolos que aseguren un entorno seguro y adecuado para los más jóvenes.
El delegado de protección en centros de ocio y deporte es una figura obligatoria que surge a partir de la Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
Funciones clave del delegado en centros de deporte y ocio
- Supervisión y seguimiento de los protocolos de protección
El delegado de protección en instalaciones deportivas tiene como una de sus responsabilidades más importantes la supervisión de los protocolos de protección. Estos protocolos, establecidos por las administraciones públicas, deben garantizar un entorno libre de violencia para los menores. El delegado se asegura de que estos se cumplan y de que el personal involucrado en las actividades deportivas y recreativas reciba la formación adecuada para detectar y actuar ante posibles riesgos.
Entre las principales acciones que el delegado debe llevar a cabo están:
- Implementar planes de prevención.
- Facilitar la formación a entrenadores y personal.
- Crear vías de comunicación para que los menores puedan reportar cualquier situación que los haga sentir incómodos.
- Actuación ante situaciones de riesgo
El delegado de protección en centros recreativos no solo se dedica a la prevención, sino que también está preparado para intervenir en caso de que se detecte una situación de riesgo. Su papel es activar los mecanismos necesarios para proteger a los menores y adolescentes, y si es necesario, coordinar con las autoridades pertinentes, como servicios sociales, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o la Agencia de Protección de Datos.
Cuando surge una situación de riesgo, el delegado debe:
- Activar los protocolos de intervención.
- Informar a las autoridades en caso necesario.
- Asegurarse de que se siga el proceso de protección adecuado, garantizando la seguridad de los menores.
La importancia de la formación del delegado de protección en centros deportivos
- Formación en derechos de la infancia y adolescencia
El delegado de protección en actividades deportivas debe estar adecuadamente formado en el ámbito de la protección de los derechos de la infancia. Esta formación incluye conocimientos en protección de datos, violencia digital, y cómo actuar en casos de violencia física o psicológica, tanto dentro como fuera de los centros de ocio.
Es fundamental que este profesional esté al día con las normativas vigentes, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD), ya que muchas situaciones de riesgo para los menores pueden implicar el uso indebido de sus datos personales, especialmente en el contexto digital.
- Capacidad para gestionar conflictos y prevenir el acoso
Otra habilidad esencial del delegado de protección en centros de ocio es la capacidad de gestionar conflictos. Esto incluye saber mediar entre las partes implicadas y fomentar soluciones pacíficas. Además, el delegado debe actuar de manera proactiva en la prevención del acoso tanto en formato presencial como en línea, ya que el ciberacoso es un problema creciente en la actualidad.
Para ello, el delegado debe:
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- Crear programas de sensibilización para prevenir el acoso entre los menores.
- Estar disponible para escuchar las inquietudes de los jóvenes.
- Fomentar el uso responsable de la tecnología y redes sociales.
Coordinación con otras entidades y personal del centro
- Colaboración con el personal de los centros de ocio y deporte
El delegado de protección en entornos recreativos no actúa solo. Una de sus funciones es coordinarse con el personal del centro, ya sean entrenadores, monitores o administrativos. Todos deben estar alineados con las medidas de protección y ser conscientes de los protocolos a seguir. Además, la colaboración con el personal es clave para crear un ambiente de confianza y seguridad, donde los menores sientan que pueden acudir a cualquier miembro del equipo en caso de necesitar ayuda.
El delegado debe:
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- Ofrecer formación periódica al equipo sobre protección infantil.
- Asegurar que los protocolos de actuación estén claros para todos los implicados.
- Mantener una comunicación abierta con todos los departamentos del centro.
- Relación con las familias y la comunidad
El delegado de protección en espacios deportivos también tiene un papel crucial en la relación con las familias. Los padres deben sentirse seguros de que sus hijos están en buenas manos cuando participan en actividades recreativas. Por ello, el delegado debe establecer canales de comunicación con las familias para informarles sobre las medidas de protección implementadas y cómo pueden colaborar para prevenir situaciones de riesgo.
De igual manera, es importante que el delegado trabaje en conjunto con otras entidades, como asociaciones deportivas y educativas, para asegurar una red de apoyo sólida que contribuya al bienestar de los menores.
Retos y desafíos del delegado en centros de ocio y deporte
- Adaptación a las nuevas tecnologías
Uno de los mayores desafíos que enfrenta el delegado de protección en centros deportivos y recreativos es la adaptación a las nuevas tecnologías. El uso de dispositivos móviles, redes sociales y plataformas digitales ha incrementado los riesgos a los que están expuestos los menores. Por ello, el delegado debe estar preparado para gestionar situaciones que impliquen violencia digital, como el ciberacoso, el sexting o el grooming.
- Escasez de recursos y formación continua
A pesar de la importancia de su labor, muchos delegados de protección en el ámbito deportivo se enfrentan a la falta de recursos y formación adecuada para llevar a cabo sus funciones de manera efectiva. Es esencial que las instituciones proporcionen los medios necesarios para que estos profesionales puedan realizar su trabajo con la mayor eficacia posible, garantizando así la protección de los menores.
Conclusión
En resumen, el delegado de protección en centros de ocio y deporte juega un papel fundamental en la creación de entornos seguros para los menores. Su labor de prevención, detección y actuación es clave para garantizar que los niños y adolescentes disfruten de sus actividades recreativas sin preocupaciones. Sin embargo, para que este rol sea verdaderamente efectivo, es necesario que cuente con los recursos y formación adecuados, además de una colaboración estrecha con el personal del centro y las familias.
Proteger a los menores es una responsabilidad compartida, y el delegado de protección es el encargado de liderar esta tarea, asegurándose de que todos en el centro sepan cómo actuar en caso de que sea necesario.
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